22 marzo 2010

Martín

Hace casi 22 años llegó a este planeta una estrella muy particular, de sonrisa luminosa y cautivante, que lograba atraer a todo el mundo sobre sí.
Hace casi 22 años nació un tal Martín, hace 22 años probablemente no me interesó, puede que hasta hace un año ni siquiera me haya importado. Pero hoy importa, y mucho.
Ese tal Martín ha hecho cosas que nadie más ha logrado, ha luchado con demonios ajenos y ha ganado batallas personales. Es un grande por dentro y por fuera.
De sus dedos brotan millones de melodías, de su boca nacen mil historias, en sus ojos hay escondidas millones de fotografías que jamás podrías encontrar, ni en museos o internet.
Este tal Martín es un artista, del sonido y la palabra, de la vida misma, del universo... de todo lo que hay aquí.
Martín llegó hace poco a mi vida, han pasado 7 meses que parecen una brisa refrescante en una tarde veraniega, y desde el primer momento en que lo vi, su sonrisa sacudió los tonos sepia de mi cabeza y los recuerdos los pintó de neón. Las fotos se hicieron vivas y a todo color.
Al principio había una sola idea en mi cabeza "Él es sólo un niño..." pero ya me daría cuenta de todo lo que me iba a enseñar.
Ahora no sé qué sería de mí, no sé si la historia de mi vida sería muy distinta, no sé si estaría parada donde estoy. Sólo sé que hace 22 años nació, hace siete meses llegó a mi vida, y tal como a muchas otras, la revolucionó.

21 noviembre 2009

Cuático, loco... cuático.

Hace como tres meses que no escribía acá, y ayer me preguntaba qué tantas cosas han cambiado desde la última vez que me puse a vomitar ideas en este lugar.
La verdad es que no siento muchos cambios, sólo tengo la seguridad de que estoy más estresada, más enamorada, más contenta, más tranquila... pero indistintamente estresada.
El consuelo que tengo es que principalmente TODO el mundo en noviembre anda intratable, todos enojados, todos agresivos, cero sentido del humor, cero empatía... pura tensión. ¿es que acaso nadie cacha que entre tanta repartija de mala onda el planeta se nos va al carajo?
No es que diga que las tragedias mundiales se deban al estrés o la mala onda, pero por lo menos tengo la conciencia de que mientras vivamos mal, todos los que nos rodean también no podrán disfrutar.
Hace un tiempo volví a mi rutina de visitas al psicólogo, y es cuático como he empezado a darme cuenta de esas realidades, de hecho, ayer me preguntaba...
"Pero Fran, para qué crees que estás viviendo este proceso?" a lo que repliqué
..."es que quiero reconocerme... creo que es la manera de vivir mejor"
y ahí estuvo.

BINGO

JACKPOT

BULLSEYE

Hay varias maneras de empezar a vivir mejor, y no es menor el proponérselo para empezar a tomar un rumbo y una serie de decisiones que contribuyan a tan noble tarea... Sobre todo si consideramos que mientras uno empieza a vivir mejor, con una energía diferente y contagiosa, todos vamos a vivir mejor...
Así que esa es la tarea, vivamos mejor... contagiémonos de amor.

31 agosto 2009

Diarreica vomitiva incontenible e inconexa.

tengo hambre pienso pienso pienso, el hambre me llama, el sueño, la pereza, la angustia y la filosofía me persigue me atormenta me asfixia con su razonamiento lógico en extremo estructurado me mareo me mareo demasiado, voy a vomitar un logos y un dios, tengo miedo, no quiero equivocarme, tengo sueño tengo tanto por hacer me siento en el borde del paroxismo, tengo ganas de quemar el mundo, quiero gritar desde la punta del cerro que el mundo se acaba y que lo leí en twitter, quiero cerrar los ojos y despertar en mi cama pensando que no es lunes, que no es martes, no es miércoles ni jueves ni viernes ni sábado ni domingo, no es nada quiero estar en la nada con un chocolate, música y mucha luz, quiero escribir historias que no tengan sentido y que mi manera de escribir siga siendo sobrevalorada tengo ganas de salir bien lejos y de hacer sonar cada uno de mis huesos, quiero agua, quiero sentir el frío del mar en los pies y en mi cara, quiero un abrazo cálido que me haga dormir para volver a soñar con la nada, el vacío y esa eterna caída que no deja de tirar hacia el centro del abismo, tengo ganas de romper las cosas, quebrar mil copas y sentir el rojo.

(lo escribí en clases, era lo que necesitaba)

11 agosto 2009

Inconsecuencias

Muchas veces he dicho hasta el cansancio que lo peor que uno puede hacer es vivir con miedo, porque te frena, te cohíbe y te boicoteas. Muchas veces he repetido que es mejor lanzarse al vacío y vivir aunque sea un ratito, que quedarse en lo seguro de la orilla del abismo.
Muchas veces he mencionado un montón de frases pre armadas, de esas que suenan bien y que hasta pueden llegar a convencer a otra persona, pero como es de suponer, muchas veces ni yo me creo lo que digo.
Así ha sucedido en reiteradas ocasiones, entre boicots y miedos me he ido paseando por lugares y personas diversas. Entre pánicos y frenos me he ido privando de cosas como el dolor y el sufrimiento, pero también de muchas alegrías y satisfacciones. Es como si tuviera el afán de protegerme de todo encerrándome en una burbuja. Es jugar seguro... es casi no jugar.
En este último tiempo se han quedado miles de ideas atascadas en mi cabeza, miles de conceptos. Uno de ellos me cayó como un balde de agua fría atroz, más si consideramos que me lo dijo quien hoy es mi pololo (ok, no debería hacer propaganda de mi relación con Martín, pero en este momento es necesario...). Cierto día, en una conversación que logró aumentar la tensión entre nosotros Martín me disparó a ganador con algo tan insólito como cierto: "eres muy cobarde".
Ok, lo asumo, sé que he sido extremadamente cobarde durante buena parte de mi vida, sé que en realidad eso también encierra una montaña de incongruencias que me resolví a finiquitar, por que está claro que mientras uno no logre ser completamente libre de sus propios yugos mentales, jamás podrá disfrutar de la vida, aunque sea doloroso a ratos y nos den ganas de escapar dando inevitablemente 3 pasos hacia atrás.
... y me va a creer que todo partió cuando decidí la locura de embarcarme en un love boat con el demente que me encaró y me enrostró la cobardía sin la más mínima idea de lo que podía producir semejante osadía?

03 agosto 2009

Boicot

Muchas veces me ha pasado que tan pronto veo un poco de luz y de calma en el camino me tirita todo, me aterro y me dan ganas de salir corriendo para no gozar de estabilidad emocional, mental o como quiera llamarle.
Hace algunos días conversaba esto con alguien que se ha vuelto tremendamente importante para mí, muy a pesar del poco tiempo que nos llevamos conociendo (o reconociendo, a veces la mística es más fuerte). El punto es que pareciera que uno vive y disfruta del drama, la tensión, los enredos y todo lo demás, como si la vida de una fuera la teleserie más idiota e infinita de todas, porque cada vez que todo puede salir bien, uno toma decisiones cobardes y sale corriendo o todo se va cuesta abajo.
Eso suele ser mi boicot, porque siento que es un poco de miedo y un poco de fascinación por no estar del todo bien o feliz, porque cuando todo se dá, prefiero salir corriendo a esconderme una vez más.
Eso me hace creer que ni yo quiero paz ni felicidad en la vida, aunque sean banderas de lucha o máximas en este recorrido bizarro.
Es tan raro.

28 julio 2009

La vereda del frente

Muchos nos hemos llenado la boca con discursos y teorías sobre temas como la pobreza, el aborto, Dios y muchos más... Pero nada tiene sustento hasta que lo vives en carne propia o por lo menos te enfrentas a esa realidad.
Fui a trabajos de invierno (viva), y tuve una dosis de pobreza. Sonará feo, lo sé, pero en este tipo de experiencias uno llega como explorador en el amazonas y termina volviendo a casa con lecciones tremendas que sólo te da la vida.
Sólo cuando dejas de ser espectador y te aventuras a vivir y a sentir las cosas en carne propia, tus juicios acerca de ellas tienen un sentido completo, de otra manera sólo hablas desde la vereda del frente, con distancia y sin comprometerse. Es parecido a la empatía... sólo que no tienes que pensar en que es lo que siente el otro, es vivir lo que tiene que vivir el otro.

08 julio 2009

Lluvias del corazón.

Desde hace un tiempo vengo acumulando pesos y cosas en la espalda, es como si fuera llenando una carretilla con puras piedritas que nunca me van a ser útiles realmente y que en pocas palabras, importan tan poco fuera de su contexto, que pesan, molestan y no dejan dormir en paz.

Fue bastante sencillo, para variar bastaron pocas palabras. Quizás se despertó al escucharme con un poco de angustia, o tal vez recordó que estaba con los lentes puestos y la película avanzaba irremediablemente.
Cuatro movimientos. Arriba, al baño, agua, pasillo.
Y ahí estaba, sonaba el piano y una voz dulce... Sin mirarle la cara me lancé a su pecho, sentí un poco de alivio al chocar con su panza redondita y su hombro firme.
Sucedió el milagro, las lágrimas comenzaron a correr por mi cara y surgió su típico "que te pasa?", al que respondí con mi obvio y filoso "no sé".
Quizás pasaron unos segundos, quizás un minuto completo... o posiblemente se detuvo el tiempo.
Ahí surgió la magia, bastó una palmadita en la espalda, un cariño, un beso y un te quiero.
El mundo giró de nuevo y yo volví a mi posición de batalla, ahí firme, trabajólica, obsesiva, idiota... pero por un segundito volví a ser la niña de papá.

Que bien que se siente llorar.