31 agosto 2009

Diarreica vomitiva incontenible e inconexa.

tengo hambre pienso pienso pienso, el hambre me llama, el sueño, la pereza, la angustia y la filosofía me persigue me atormenta me asfixia con su razonamiento lógico en extremo estructurado me mareo me mareo demasiado, voy a vomitar un logos y un dios, tengo miedo, no quiero equivocarme, tengo sueño tengo tanto por hacer me siento en el borde del paroxismo, tengo ganas de quemar el mundo, quiero gritar desde la punta del cerro que el mundo se acaba y que lo leí en twitter, quiero cerrar los ojos y despertar en mi cama pensando que no es lunes, que no es martes, no es miércoles ni jueves ni viernes ni sábado ni domingo, no es nada quiero estar en la nada con un chocolate, música y mucha luz, quiero escribir historias que no tengan sentido y que mi manera de escribir siga siendo sobrevalorada tengo ganas de salir bien lejos y de hacer sonar cada uno de mis huesos, quiero agua, quiero sentir el frío del mar en los pies y en mi cara, quiero un abrazo cálido que me haga dormir para volver a soñar con la nada, el vacío y esa eterna caída que no deja de tirar hacia el centro del abismo, tengo ganas de romper las cosas, quebrar mil copas y sentir el rojo.

(lo escribí en clases, era lo que necesitaba)

11 agosto 2009

Inconsecuencias

Muchas veces he dicho hasta el cansancio que lo peor que uno puede hacer es vivir con miedo, porque te frena, te cohíbe y te boicoteas. Muchas veces he repetido que es mejor lanzarse al vacío y vivir aunque sea un ratito, que quedarse en lo seguro de la orilla del abismo.
Muchas veces he mencionado un montón de frases pre armadas, de esas que suenan bien y que hasta pueden llegar a convencer a otra persona, pero como es de suponer, muchas veces ni yo me creo lo que digo.
Así ha sucedido en reiteradas ocasiones, entre boicots y miedos me he ido paseando por lugares y personas diversas. Entre pánicos y frenos me he ido privando de cosas como el dolor y el sufrimiento, pero también de muchas alegrías y satisfacciones. Es como si tuviera el afán de protegerme de todo encerrándome en una burbuja. Es jugar seguro... es casi no jugar.
En este último tiempo se han quedado miles de ideas atascadas en mi cabeza, miles de conceptos. Uno de ellos me cayó como un balde de agua fría atroz, más si consideramos que me lo dijo quien hoy es mi pololo (ok, no debería hacer propaganda de mi relación con Martín, pero en este momento es necesario...). Cierto día, en una conversación que logró aumentar la tensión entre nosotros Martín me disparó a ganador con algo tan insólito como cierto: "eres muy cobarde".
Ok, lo asumo, sé que he sido extremadamente cobarde durante buena parte de mi vida, sé que en realidad eso también encierra una montaña de incongruencias que me resolví a finiquitar, por que está claro que mientras uno no logre ser completamente libre de sus propios yugos mentales, jamás podrá disfrutar de la vida, aunque sea doloroso a ratos y nos den ganas de escapar dando inevitablemente 3 pasos hacia atrás.
... y me va a creer que todo partió cuando decidí la locura de embarcarme en un love boat con el demente que me encaró y me enrostró la cobardía sin la más mínima idea de lo que podía producir semejante osadía?

03 agosto 2009

Boicot

Muchas veces me ha pasado que tan pronto veo un poco de luz y de calma en el camino me tirita todo, me aterro y me dan ganas de salir corriendo para no gozar de estabilidad emocional, mental o como quiera llamarle.
Hace algunos días conversaba esto con alguien que se ha vuelto tremendamente importante para mí, muy a pesar del poco tiempo que nos llevamos conociendo (o reconociendo, a veces la mística es más fuerte). El punto es que pareciera que uno vive y disfruta del drama, la tensión, los enredos y todo lo demás, como si la vida de una fuera la teleserie más idiota e infinita de todas, porque cada vez que todo puede salir bien, uno toma decisiones cobardes y sale corriendo o todo se va cuesta abajo.
Eso suele ser mi boicot, porque siento que es un poco de miedo y un poco de fascinación por no estar del todo bien o feliz, porque cuando todo se dá, prefiero salir corriendo a esconderme una vez más.
Eso me hace creer que ni yo quiero paz ni felicidad en la vida, aunque sean banderas de lucha o máximas en este recorrido bizarro.
Es tan raro.